Salidas de Campo

Éstas son las Salidas de Campo realizadas por el COA La Plata

lunes, 11 de mayo de 2009

Salida a Reserva Costanera Sur - Mayo 2009

Sábado 2 de mayo, -Otra vez despertarse temprano- habrán dicho muchos al tener que madrugar ese sábado. Pero esta vez el levantarse temprano respondía a ese increíble hábito que la noche anterior no nos deja dormir, que nos despierta a las 3 de la mañana preocupados porque creímos quedarnos dormidos y encima, una vez despierto, se nos vienen a la mente todas esas imágenes que hacen que uno deje de lado el soñar con los angelitos y lo lleven a soñar con otros seres alados... Las aves...

...el hecho es que ahí estábamos otra vez reunidos para arrancar una nueva aventura en busca de las tan deseadas aves, esta vez con destino a una de las ciudades más populosas del mundo... -¿ir a Buenos Aires a ver aves?- me dijo mi viejo la noche anterior. -Y sí a Buenos Aires, es el turno de Costanera Sur- le conteste mientras señalaba el almanaque todo coloreado con las salidas que organizó el Co.Sa.Pa. (Comisión de Salidas Pajarólogas)

A las 7:30 estábamos ya listos para partir, sabíamos que no podíamos esperar mucho, otro grupo partía de Camino Centenario y pretendíamos encontrarnos todos a las 8:30 en la entrada de calle Brasil de la Reserva Ecológica Costanera Sur.

Y así fue a las 8:30 nos estábamos internando en la reserva. Primero una paradita técnica en los baños y luego a caminar...

El día estaba espléndido, el primer ave en llamar nuestra atención fue un pijuí cola parda y con ella empezaría un día fantástico...

De a poco se iban presentando los distintos ejemplares que se sumaban a la lista de observados, cabecitanegras, celestinos, varilleros ala amarilla, taguató, entre otros.

El primer comentario interesante lo hizo Walter: - che, miren el nido de boyero éste!... – y allá fuimos a verlo, pegadito a la calle, entre las ramas, evidenciaba una de las características de la reserva: las aves se adaptaron a vivir cerca del hombre.

Seguimos viaje y apareció una de las aves que llamaron particularmente mi atención, dos pepiteros de collar, resulta ser que nunca lo había visto y José Luis me los estaba señalando mientras me explicaba que eran juveniles. Puuuuuaaaaa que belleza!!!. Exclame. Binoculares en mano, se dejaron ver por todo el grupo y partieron.

Pero sin darnos tregua a leer “el pasaje bíblico” correspondiente a esta ave, un sonido fuerte y agradable volvió a llamar la atención de todo el grupo. En una de esas alguien dijo –¡¡¡es un boyero negro!!!- para que... mi adrenalina aumentó en segundos, no lograba salir de la alegría de registrar un ave tan linda como el Pepitero y se me presentaba un Gardel de las aves... y ahí estaba... emitió un par de veces mas ese canto que solo un ictérido podría tener y de golpe la sorpresa fue doble, eran dos boyeros que se contestaban, IN-CRE-I-BLE.

Luego de esta sobredosis de emociones, seguimos caminando cuando a lo lejos se escucharon cantar algunas extrañas cotorras, aprovechamos una brecha entre los árboles y a fuerza de largavistas alcanzamos a divisar un grupo de Ñandays que se posaban cerca de la casona de entrada, nos resulto contrastante ver en ese hermoso verde, su cabeza negra, razón por la cual no nos costo reconocerlos. Embalado por ver en menos de una mañana tres especies de aves que nunca había visto le comento a Walter – Viste, hoy dije que iba a ver cinco nuevas- con el correr del día me desmentiría...

Seguimos caminando hasta llegar al río y paramos en un hermoso lugar de uso diurno, en el cual decidimos empezar la primer mateada del día.

Los comentarios eran alentadores – y todavía no llegamos a la mejor parte, donde vimos al Matico y a la Golondrina Barranquera la vez pasada- dijo Rafael.

Y obviamente la conversación fue sobre las aves, sus nidos, las especies de la reserva y hasta nos ayudamos entre todos para dar una clase de cómo diferenciar a las Gaviotas Cocineras, Capucho Café y Capucho Gris cuando están volando a gran altura.

Después sí nos dimos el lujo de leer los dos “pasajes bíblicos” que teníamos pendientes, y es así que sacamos la Guía de Tito Narosky (Biblia para los pajarologos) y leímos la descripción del Pepitero de Collar y el Boyero Negro...

Después de la tanda de mates, decidimos seguir con la observación, pero al hacer escasos metros dos personas estaban con sus largavistas mirándonos como con ganas de preguntar. Entonces Rafael les pregunto, ganándoles de mano- ¿y, se ven o no se ven pájaros por acá?- y la respuesta de esta persona fue otra pregunta- ¿ustedes son el COA La Plata?- contentos y pensando, ¡¡qué famosos somos!! respondimos que si. Y la sorpresa fue muy grande cuando este señor se presento como el “Director de la Ornitológica” y nos comento que le habían dicho que estábamos en la reserva... Una vez mas la gran “hermandad avear” se hacia presente, así que luego de intercambiar palabras, decidimos continuar nuestro viaje.

Empezaban a ser las horas de más calor y las aves seguían sumándose, ahora se sumaban la remolinera, alguna que otra garza en vuelo y un gavilán mixto a mucha distancia. Ya estábamos llegando al medio día y estábamos acercándonos al punto donde queríamos comer, pero unas pequeñas golondrinas llamaron nuestra atención-¡¡¡son golondrinas barranqueras!!!- fue el comentario. Excelente momento para observarlas un rato en sus veloces vuelos y aprovechar para comer.

Ya pasado el medio día nos internamos en el tramo que habían comentado Walter, Mariel, Federico y Rafael todo el tiempo. Lentamente el grupo fue dispersándose a lo largo de la calle y cuando nos reunimos el otro grupo me comenta- acabamos de ver un Chiricote cruzando la calle- y yo que nunca vi uno me quería matar, pero como las aves siempre dan revancha observo entre los árboles dos Cardenillas, ¡¡¡que tampoco había visto nunca!!! Así que con una alegría inmensa y junto al grupo entero las observamos hasta retirarse.

El camino siguió, al parecer por las tardes se llena más de gente la reserva y empezaba a dificultarse la observación y sobre todo escuchar algún canto extraño.

Pero fue en la tercer parada de mates donde las cosas “explotaron”, primero un extraño canto nos hace levantar a todos de la mateada al dar unos pasos alguien grita- ¡¡¡EL MATICO, EL MATICO!!!- No me daban las patas para ir a ver eso, voló muy cerca de un tanque australiano y se poso por unos segundos, suficiente como para alzar los largavistas y ver a unas de las aves más espectaculares que observe en mi vida... El contraste increíble del naranja con el negro brillaba al sol como si esta ave supiera de sus encantos y los mostrara para lucirse. Todo esto solo duro segundos pero fueron suficientes como para que el grupo dejara de lado el mate, las galletitas, las mochilas y todo lo que se interpusiera, y saliera a la búsqueda de este espectáculo.

Con Walter quisimos ir a tomarle unas fotografías, que por suerte logramos conseguir con dificultad entre el follaje de la vegetación. Luego volvimos a la zona de reunión y cuando llegamos vemos que el grupo tenia a escasos de metros de ellos, palomas picazuro, tordos, calandrias, y ¡¡¡un MATICO!!!, increíble, nosotros esforzándonos por tomarle unas fotografías entre diez mil ramas y ahora estaba frente al grupo como si nada... Mejor aun, cuando llegamos, José Luis nos comenta – Se perdieron a la hembra del Frutero Negro-... ¡¡¡Simplemente IMPRESIONANTE!!! Las aves están acostumbradas a la gente...

Continuamos con las fotos mientras disfrutamos los mates y de a poco se fue haciendo la hora de partir para una parte del grupo. Así que “levantamos campamento”, y al retirarnos solo unos metros del lugar, aparece de entre la vegetación, como si fuera uno de esos dinosaurios de “Jurassic Park”, ¡¡¡UN CHIRICOTE!!! Y desconfiado (aunque conociendo las características de esta especie diría súper confiado) se pone a comer de los restos de galletas que encontraba en el piso. Así que cámaras en mano, comenzamos a llenar de imágenes digitales nuestras “memory Stics”. La alegría me desbordaba, no lo podía creer, desde mis principios en las aves que no veía tantas aves nuevas, y por sobre todas las cosas ¡¡¡tan fáciles de ver!!!.

Ahora si, llego la hora de la partida de una parte del grupo, así que nos despedimos contentos de haber pasado otra espectacular tarde con este grupo de personas maravillosas y llenas de vida.

Nosotros (Mariel, Walter, Federico, José Luis y yo) continuamos observando aves, hasta mas tarde. Al caminar, empezamos a escuchar cada vez mas cerca a los ñandays, que en un grupo numeroso, estaban reunidos en la copa de un árbol sin mucho follaje. Logramos observarlos en detalle, otro que es espectacular, colores por doquier y como siempre ese verde bien característico de los psitácidos. Continuamos viaje, hicimos una pequeña escapada por un caminito en busca de ese esparvero que nos habían nombrado, y a cambio encontramos al fantástico pico de plata.

Por último y ya casi sobre el final el grito de José Luis nos hace correr a todos- Miren, un estornino pinto Albino- Y así era en medio de una bandada de estorninos oscuros se encontraba uno totalmente blanco, cosa nunca vista para mí y que llamaba poderosamente la atención.

Y así se fue terminando el día, un día que brillo por la gran cantidad de registros nuevos para mí, pero que sin lugar a duda brillo porque este grupo, EL COA LA PLATA, brilla en cada encuentro, porque se termino la salida pero no los comentarios, las risas y la buena predisposición...

Probablemente peque de reiterativo, pero insisto...

...por más espectacular que sea el lugar donde uno observa aves, por mas variada que sea la avifauna del lugar, por mas largavistas que uno se compre... Nada se compara con COMPARTIR esas sensaciones...

Comentarista: Emanuel Comisso
Fotos: Rafael Gonzalez, Emanuel Comisso y Federico Silvestre

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