El domingo 5 de abril de 2009, la cita era, el Parque Ecológico Municipal.
La mañana se presentó fresca, con algunos bancos de niebla que se mezclaban entre los árboles. El cielo, de un celeste claro, anunciaba un día agradable.
A eso de las 8, nos reunimos en un camino interior y luego de preparar los equipos, formamos una ronda para presentarnos, ya que había gente nueva: Martín, mis hijos (Constanza y Esteban) y yo.
Formamos tres grupos y partimos por senderos distintos. Nosotros fuimos hacia el arroyo, guiados por Rafael y Mariel.
A medida que avanzábamos, nos sorprendió un rocío espeso, que sobre las plantas y telas de araña se transformaba en una especie de filigrana helada. Hubo imágenes verdaderamente sorprendentes.
Ahí nomás, a unos pocos pasos divisamos el primer ejemplar, una Cachirla chica posada sobre una cardencha, que nos regaló todo el tiempo para observarla en detalle. Luego un Corbatita que no pudimos especificar y ya sobre la orilla del arroyo, un Martín pescador chico, que observaba la mañana y de tanto en tanto, a nosotros también.
Después, entre el follaje de las Acacias negras y los Álamos, se fueron presentando, Zorzales colorados, Horneros, Cabecita negra, Ratonas, las inquietas Tacuaritas azules (macho y hembra), Jilgueros, una Monterita cabeza negra y otros.
Así, llegamos al puente y desde ahí observamos un Varillero ala amarilla que parecía retarnos a ver quien aguantaba más. Casi posaba para la foto. Un Junquero, una Gallareta escudete rojo y algún pato que quedó sin determinar.
Luego fuimos hacia la laguna, atravesando un montecito de Acacias, donde se repitieron algunas especies. Ya allí, su superficie cubierta de Lentejitas de agua, nos ofreció un espacio de calma y pocos avistajes. Un Carau esquivo, se escuchaba entre los lirios amarillos, pero solo pudimos verlo, cuando levantó vuelo alejándose con ese típico batir de alas, casi esforzado.
Una breve ronda de mates, nos repuso de la caminata, mientras nos reunimos con otro grupo, charlamos y disfrutamos de los colores de una cuantas y variadas mariposas.
Después, retomamos el camino, observando un Loro mitaca, Calancate ala roja, Golondrinas pardas, Taguató, Gavilán Mixto, Pirinchos y otros.
Así regresamos al punto de partida y se renovó la mateada, ahora acompañada de algunas delicias. Hicimos el conteo final y nos dio alrededor de 69 especies aproximadamente.
Pero faltaba el broche final. Creo que fue José Luis, quien comentó que muy cerca de ahí, habían visto un Lechuzón orejudo. Luego de los mates y de despedir a algunos que se fueron, guiados por Martín, partímos al encuentro del" bichito". Unas pocas vueltas y ahí estaba, posado en lo alto de una Acacia negra, imponente, sereno, pero atento a nuestra presencia. Parecía que nos miraba con la misma curiosidad e incredulidad que nosotros a él.
Más que mudos, nos quedamos sin palabras. Después de un rato, desplegó sus enormes alas y con un vuelo majestuoso, se alejó en absoluto silencio. Fue impactante y respetando su decisión de estar solo, resolvímos que había sido suficiente. Y así se cerró la jornada.
Fue nuestra primera salida con el COA, y fue inolvidable, por los avistajes sí, pero sobre todo, por la calidez y naturalidad con que nos aceptaron en el grupo. Gracias.
Comentarista: Sergio Staniscia
Fotos: Rafael Gonzalez
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A eso de las 8, nos reunimos en un camino interior y luego de preparar los equipos, formamos una ronda para presentarnos, ya que había gente nueva: Martín, mis hijos (Constanza y Esteban) y yo.
Formamos tres grupos y partimos por senderos distintos. Nosotros fuimos hacia el arroyo, guiados por Rafael y Mariel.
A medida que avanzábamos, nos sorprendió un rocío espeso, que sobre las plantas y telas de araña se transformaba en una especie de filigrana helada. Hubo imágenes verdaderamente sorprendentes.
Ahí nomás, a unos pocos pasos divisamos el primer ejemplar, una Cachirla chica posada sobre una cardencha, que nos regaló todo el tiempo para observarla en detalle. Luego un Corbatita que no pudimos especificar y ya sobre la orilla del arroyo, un Martín pescador chico, que observaba la mañana y de tanto en tanto, a nosotros también.
Después, entre el follaje de las Acacias negras y los Álamos, se fueron presentando, Zorzales colorados, Horneros, Cabecita negra, Ratonas, las inquietas Tacuaritas azules (macho y hembra), Jilgueros, una Monterita cabeza negra y otros.
Así, llegamos al puente y desde ahí observamos un Varillero ala amarilla que parecía retarnos a ver quien aguantaba más. Casi posaba para la foto. Un Junquero, una Gallareta escudete rojo y algún pato que quedó sin determinar.
Luego fuimos hacia la laguna, atravesando un montecito de Acacias, donde se repitieron algunas especies. Ya allí, su superficie cubierta de Lentejitas de agua, nos ofreció un espacio de calma y pocos avistajes. Un Carau esquivo, se escuchaba entre los lirios amarillos, pero solo pudimos verlo, cuando levantó vuelo alejándose con ese típico batir de alas, casi esforzado.
Una breve ronda de mates, nos repuso de la caminata, mientras nos reunimos con otro grupo, charlamos y disfrutamos de los colores de una cuantas y variadas mariposas.
Después, retomamos el camino, observando un Loro mitaca, Calancate ala roja, Golondrinas pardas, Taguató, Gavilán Mixto, Pirinchos y otros.
Así regresamos al punto de partida y se renovó la mateada, ahora acompañada de algunas delicias. Hicimos el conteo final y nos dio alrededor de 69 especies aproximadamente.
Pero faltaba el broche final. Creo que fue José Luis, quien comentó que muy cerca de ahí, habían visto un Lechuzón orejudo. Luego de los mates y de despedir a algunos que se fueron, guiados por Martín, partímos al encuentro del" bichito". Unas pocas vueltas y ahí estaba, posado en lo alto de una Acacia negra, imponente, sereno, pero atento a nuestra presencia. Parecía que nos miraba con la misma curiosidad e incredulidad que nosotros a él.
Más que mudos, nos quedamos sin palabras. Después de un rato, desplegó sus enormes alas y con un vuelo majestuoso, se alejó en absoluto silencio. Fue impactante y respetando su decisión de estar solo, resolvímos que había sido suficiente. Y así se cerró la jornada.
Fue nuestra primera salida con el COA, y fue inolvidable, por los avistajes sí, pero sobre todo, por la calidez y naturalidad con que nos aceptaron en el grupo. Gracias.
Comentarista: Sergio Staniscia
Fotos: Rafael Gonzalez
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