El sábado 28 de junio, como estaba previsto, el COA La Plata, realizó su cuarta salida de observación. Luego de asistir a la excelente charla que Emmanuel dió en las reuniones de los jueves, a principios de junio, sobre el Arroyo Correas, en la que hizo gala de una impresionante cantidad de información, imágenes y fundamentalmente pasión, despertó en todos un irrefrenable deseo de conocer el lugar.
Por lo tanto, pusimos fecha y esperamos ansiosos el día de la salida, el cual fue fogoneado por todos los integrantes en los mensajes que se recibían constantemente en el foro del COA. Este entusiasmo fue creciendo también, primero por la fantástica experiencia que como grupo tuvimos en la salida al Parque Pereyra, y segundo por los informes de actualización que Emmanuel y Walter nos enviaban de las salidas al Arroyo Correa que realizaban durante la semana (ya que ellos están haciendo el relevamiento metódico del lugar hace ya un tiempo).
El sábado, amaneció frío y con una densa capa de niebla. Nos reunimos en la Avenida 7 y 53 a las 8,00 a.m. Los 16 asistentes partimos a las 8,30 hs. en una columna de coches hacia el Arroyo Correas. El arroyo corta a la calle 31 y las vías abandonadas del Ferrocarril, entre la calle 663 y el Pueblo de Ignacio Correas.
Al llegar al lugar, nos ubicamos sobre el puente, el cual nos regaló una preciosa postal del arroyo, aunque envueltos en una densa neblina, podíamos observar una gran cantidad de Cisnes de cuello negro, Coscorobas y gallaretas.
Tras este primer contacto con el lugar, procedimos a dividirnos por sorteo en tres grupos: los Teros, los Caranchos y los Carpinteros. Emmanuel, que organizó el sorteo, también armó los tres circuitos por los cuales irían los grupos.
Un grupo se desplazaría en las dos canoas por el arroyo (Circ. 1), mientras que los otros dos grupos lo harían por las márgenes del arroyo en sentidos contrarios (Circ. 2 y 3). Se establecieron horarios de encuentro para poder cotejar listas e intercambiar circuitos. (Ver mapa)
Durante los primeros momentos la niebla no nos dejaba observar mucho, pero a los pocos metros de comenzar los diferentes recorridos escuchamos gran cantidad de aves, como la Pajonalera pico curvo, Junqueros, la fugaz vista del burrito colorado, y para muchos, la primera observación del Tachurí sietecolores!!. Además se observaron Gavilanes planeadores en sus dos fases (blanca y negra), Hocó colorado, Varilleros congo, Varilleros ala amarilla, Martín pescador Chico, diversos patos, y muchas especies más. Una distinción a Fede y Diego que, al atardecer, desde el camino , observaron un ejemplar de Federal!!
El arroyo, presenta la flora característica de los ambientes acuáticos de esta zona de Buenos Aires, con importantes concentraciones de paja brava, juncos, repollitos y lentejas de agua. Y en sus márgenes: talas, sauce criollo, etc. Recorriendo las márgenes del arroyo también se observaron: coipos, tortugas de agua y, hasta tuvimos la posibilidad casi única de ver como un gato montés cruzaba a nado el arroyo!! para asombro de todos los presentes, e incredulidad de los ausentes.
Al mediodía nos juntamos a tomar unos mates, dar cuenta de las viandas y cotejar las observaciones y las experiencias vividas, entre bromas y en un ambiente de auténtica amistad. También Emmanuel, que había cumplido años días atrás, sopló la velita de una torta que trajo Adriana, la cual sin exagerar, estaba riquísima. Luego cada grupo siguió recorriendo el circuito que le correspondía hasta el atardecer. Después nos juntamos a completar el listado definitivo, que dió 72 especies avistadas, pese a lo cual, Emmanuel se sentía frustrado, ya que ese día fueron pocas las aves que, según él, se dejaron ver. ¿?
Con el sol cayendo, y la niebla bajando, un grupo se quedó para sacarle jugo a las últimas luces del día. Cansados pero felices, emprendimos el regreso al hogar.
Quiero destacar el espíritu, la camaradería, las ganas de aprender y fundamentalmente, las ganas de compartir y construir que tienen los integrantes del COA La Plata, que van creciendo y cada experiencia, por demás feliz, nos impulsa a dar un nuevo salto en la construcción de una mejor persona, una mejor comunidad y un mundo mejor.
El sábado, amaneció frío y con una densa capa de niebla. Nos reunimos en la Avenida 7 y 53 a las 8,00 a.m. Los 16 asistentes partimos a las 8,30 hs. en una columna de coches hacia el Arroyo Correas. El arroyo corta a la calle 31 y las vías abandonadas del Ferrocarril, entre la calle 663 y el Pueblo de Ignacio Correas.
Al llegar al lugar, nos ubicamos sobre el puente, el cual nos regaló una preciosa postal del arroyo, aunque envueltos en una densa neblina, podíamos observar una gran cantidad de Cisnes de cuello negro, Coscorobas y gallaretas.
Tras este primer contacto con el lugar, procedimos a dividirnos por sorteo en tres grupos: los Teros, los Caranchos y los Carpinteros. Emmanuel, que organizó el sorteo, también armó los tres circuitos por los cuales irían los grupos.
Un grupo se desplazaría en las dos canoas por el arroyo (Circ. 1), mientras que los otros dos grupos lo harían por las márgenes del arroyo en sentidos contrarios (Circ. 2 y 3). Se establecieron horarios de encuentro para poder cotejar listas e intercambiar circuitos. (Ver mapa)
Durante los primeros momentos la niebla no nos dejaba observar mucho, pero a los pocos metros de comenzar los diferentes recorridos escuchamos gran cantidad de aves, como la Pajonalera pico curvo, Junqueros, la fugaz vista del burrito colorado, y para muchos, la primera observación del Tachurí sietecolores!!. Además se observaron Gavilanes planeadores en sus dos fases (blanca y negra), Hocó colorado, Varilleros congo, Varilleros ala amarilla, Martín pescador Chico, diversos patos, y muchas especies más. Una distinción a Fede y Diego que, al atardecer, desde el camino , observaron un ejemplar de Federal!!
El arroyo, presenta la flora característica de los ambientes acuáticos de esta zona de Buenos Aires, con importantes concentraciones de paja brava, juncos, repollitos y lentejas de agua. Y en sus márgenes: talas, sauce criollo, etc. Recorriendo las márgenes del arroyo también se observaron: coipos, tortugas de agua y, hasta tuvimos la posibilidad casi única de ver como un gato montés cruzaba a nado el arroyo!! para asombro de todos los presentes, e incredulidad de los ausentes.
Al mediodía nos juntamos a tomar unos mates, dar cuenta de las viandas y cotejar las observaciones y las experiencias vividas, entre bromas y en un ambiente de auténtica amistad. También Emmanuel, que había cumplido años días atrás, sopló la velita de una torta que trajo Adriana, la cual sin exagerar, estaba riquísima. Luego cada grupo siguió recorriendo el circuito que le correspondía hasta el atardecer. Después nos juntamos a completar el listado definitivo, que dió 72 especies avistadas, pese a lo cual, Emmanuel se sentía frustrado, ya que ese día fueron pocas las aves que, según él, se dejaron ver. ¿?
Con el sol cayendo, y la niebla bajando, un grupo se quedó para sacarle jugo a las últimas luces del día. Cansados pero felices, emprendimos el regreso al hogar.
Quiero destacar el espíritu, la camaradería, las ganas de aprender y fundamentalmente, las ganas de compartir y construir que tienen los integrantes del COA La Plata, que van creciendo y cada experiencia, por demás feliz, nos impulsa a dar un nuevo salto en la construcción de una mejor persona, una mejor comunidad y un mundo mejor.
Comentarista: Gabriel Grasso