A pesar de los pronósticos de probabilidad de lluvia y del mal tiempo de la noche anterior, un grupo de optimistas resistimos la tentación de renunciar, y fuimos hasta la Reserva Costanera Sur, donde nos esperaban los amigos del Coa RECS.
Y cómo siempre ocurre en estos casos, más tarde nos felicitábamos por la decisión tomada “menos mal que vinimos”, cuando luego de que el gélido Pampero, finalmente limpiara el cielo de nubes, y brillara el sol radiante que nos acompañó el resto del día.
También nos acompañaron durante toda la mañana dos Guías de la Reserva que nos llevaron primero a recorrer el bosque de Alisos, la laguna de Macáes y el ex Covimet, donde están haciendo un trabajo de reforestación de plantas autóctonas.
En la laguna de los Coipos vimos Coscorobas, un numeroso grupo de Sirirí pampa y algún Sirirí colorado, Gallaretas, Patos capuchinos, barcinos, cutirí y de collar. Y la sorpresa para muchos fue la presencia de un espectacular Federal adulto, y un par de juveniles. Era increíble la postal de tan hermoso ejemplar, con los enormes y modernos edificios capitalinos como fondo.
Golondrinas barranqueras, Horneros, Calandrias, Chincheros, Carpinteros reales, Tacuaritas, alguna hembra de Corbatita, juveniles de Pepiteros de collar, Carpintero bataráz chico, el siempre audible Espinero pecho manchado, Cotorras, Ñandays, y otros, nos acompañaron mientras tomábamos unos calentitos y reconfortantes matecitos matutinos de manos de Maryluz.
Haciendo el camino de los Alisos, atravesando primero un “bosque de cortaderas” que nos superaban en altura, ya el sol le había cambiado la cara a la mañana y la vegetación nos reparaba del implacable viento. Allí vimos con alguna dificultad unos Arañeros coronados chicos, y oímos (según indicación del Guía) un Piojito trinador. Y en un momento nos pasó volando por encima posándose brevemente, lo suficiente como para lograr su identificación, una hembra de Frutero negro.
Pero lo mejor de este tramo del recorrido, ocurrió casi al final del mismo, cuando emergiendo de la tupida vegetación, pudimos ver tranquilamente posado en un árbol al hermoso Loro hablador! La primera vez que veo este loro fuera de una jaula, es decir, en estado silvestre… Por suerte, muchos pudieron retratar ese momento con sus cámaras.
Como siempre, también había tiempo para observar las plantas y consultarle a la Guía de la Reserva sobre ésta y aquella, tomando fotos y notas, para seguir aprendiendo a conocerlas y reconocerlas.
En el predio del ex Covimet, tuvimos una hermosa vista panorámica desde una posición de mayor altura, y aprovechamos para tomar la foto grupal.
Luego de despedirnos de los Guías, hicimos una parada para dar cuenta de las viandas y entre charla y mates, Gustavo (nuevo integrante del Coa La Plata) nos contó de un estudio que hizo sobre la dieta del Pájaro campana, que escuchamos atentamente y con mucha curiosidad.
Continuando el recorrido, en la zona del río vimos Gaviotas cocineras, y alguna cangrejera que Holger logró identificar por su faja caudal negra. Y buscando miguitas, junto con palomas y Horneros, un par de Cardenales cuyos copetes destellaban al sol.
Camino a la entrada de Viamonte, un juvenil de Hocó se prestó para las fotos, y una pareja de hermosos Pitiayumí concentró la atención de una multitud. No se hicieron presentes ni el Anó grande (que alguno de los integrantes del Coa Recs tuvo la suerte de ver en otra ocasión) ni el Matico, pero sí pudimos observar con comodidad un macho de Frutero negro, que junto con Tordos renegridos y palomas daba cuentas de algunas migas que algún visitante había dejado.
Regresando hacia la entrada de Brasil, pero esta vez por afuera (por la vereda) tuvimos ocasión de observar a poca distancia, los moradores de la laguna de Coipos: Varilleros congo, negro y ala amarilla, Tordos músicos, Cisnes cuello negro, Pollona negra, juveniles de Jacana, Gallaretas, más Cardenales, Cotorras, y una bandada numerosa de Sirirí pampa nos dió un hermoso espectáculo girando y girando frente a nosotros, iluminados por los últimos rayos de sol de la tarde.
Luego de un día hermoso y en tan buena compañía, nos despedimos hasta la próxima y regresamos a casa. Que se repita!
Comentario: Mariel Rodriguez
Fotos: Rafael Gonzalez
Y cómo siempre ocurre en estos casos, más tarde nos felicitábamos por la decisión tomada “menos mal que vinimos”, cuando luego de que el gélido Pampero, finalmente limpiara el cielo de nubes, y brillara el sol radiante que nos acompañó el resto del día.
También nos acompañaron durante toda la mañana dos Guías de la Reserva que nos llevaron primero a recorrer el bosque de Alisos, la laguna de Macáes y el ex Covimet, donde están haciendo un trabajo de reforestación de plantas autóctonas.
En la laguna de los Coipos vimos Coscorobas, un numeroso grupo de Sirirí pampa y algún Sirirí colorado, Gallaretas, Patos capuchinos, barcinos, cutirí y de collar. Y la sorpresa para muchos fue la presencia de un espectacular Federal adulto, y un par de juveniles. Era increíble la postal de tan hermoso ejemplar, con los enormes y modernos edificios capitalinos como fondo.
Golondrinas barranqueras, Horneros, Calandrias, Chincheros, Carpinteros reales, Tacuaritas, alguna hembra de Corbatita, juveniles de Pepiteros de collar, Carpintero bataráz chico, el siempre audible Espinero pecho manchado, Cotorras, Ñandays, y otros, nos acompañaron mientras tomábamos unos calentitos y reconfortantes matecitos matutinos de manos de Maryluz.
Haciendo el camino de los Alisos, atravesando primero un “bosque de cortaderas” que nos superaban en altura, ya el sol le había cambiado la cara a la mañana y la vegetación nos reparaba del implacable viento. Allí vimos con alguna dificultad unos Arañeros coronados chicos, y oímos (según indicación del Guía) un Piojito trinador. Y en un momento nos pasó volando por encima posándose brevemente, lo suficiente como para lograr su identificación, una hembra de Frutero negro.
Pero lo mejor de este tramo del recorrido, ocurrió casi al final del mismo, cuando emergiendo de la tupida vegetación, pudimos ver tranquilamente posado en un árbol al hermoso Loro hablador! La primera vez que veo este loro fuera de una jaula, es decir, en estado silvestre… Por suerte, muchos pudieron retratar ese momento con sus cámaras.
Como siempre, también había tiempo para observar las plantas y consultarle a la Guía de la Reserva sobre ésta y aquella, tomando fotos y notas, para seguir aprendiendo a conocerlas y reconocerlas.
En el predio del ex Covimet, tuvimos una hermosa vista panorámica desde una posición de mayor altura, y aprovechamos para tomar la foto grupal.
Luego de despedirnos de los Guías, hicimos una parada para dar cuenta de las viandas y entre charla y mates, Gustavo (nuevo integrante del Coa La Plata) nos contó de un estudio que hizo sobre la dieta del Pájaro campana, que escuchamos atentamente y con mucha curiosidad.
Continuando el recorrido, en la zona del río vimos Gaviotas cocineras, y alguna cangrejera que Holger logró identificar por su faja caudal negra. Y buscando miguitas, junto con palomas y Horneros, un par de Cardenales cuyos copetes destellaban al sol.
Camino a la entrada de Viamonte, un juvenil de Hocó se prestó para las fotos, y una pareja de hermosos Pitiayumí concentró la atención de una multitud. No se hicieron presentes ni el Anó grande (que alguno de los integrantes del Coa Recs tuvo la suerte de ver en otra ocasión) ni el Matico, pero sí pudimos observar con comodidad un macho de Frutero negro, que junto con Tordos renegridos y palomas daba cuentas de algunas migas que algún visitante había dejado.
Regresando hacia la entrada de Brasil, pero esta vez por afuera (por la vereda) tuvimos ocasión de observar a poca distancia, los moradores de la laguna de Coipos: Varilleros congo, negro y ala amarilla, Tordos músicos, Cisnes cuello negro, Pollona negra, juveniles de Jacana, Gallaretas, más Cardenales, Cotorras, y una bandada numerosa de Sirirí pampa nos dió un hermoso espectáculo girando y girando frente a nosotros, iluminados por los últimos rayos de sol de la tarde.
Luego de un día hermoso y en tan buena compañía, nos despedimos hasta la próxima y regresamos a casa. Que se repita!
Comentario: Mariel Rodriguez
Fotos: Rafael Gonzalez