Salidas de Campo

Éstas son las Salidas de Campo realizadas por el COA La Plata

viernes, 21 de mayo de 2010

Campamento: Reserva El Destino - Mayo 2010

Un grupo de diez integrantes del COA La Plata fuimos, el fin de semana del 15 y 16 de mayo, a la Estancia El Destino, ubicada en el partido de Magdalena. Pudiendo disfrutar de este lugar gracias a sus últimos dueños: Elsa Shaw y su esposo, el ingeniero agrónomo Ricardo Pearson, la compraron en 1928. Pearson crea una fundación para que la heredara, respaldada por la UNESCO.

Hermosa Reserva destinada a la conservación y estudio de la naturaleza, destacada por la diversidad de ambientes que alberga : pastizales , bañados, talares, selva marginal y costa de río. Pertenece Al Parque Costero del Sur, larga franja costera de la provincia de Buenos Aires, compuesta por árboles autóctonos : talas, sombra de toro, coronillo y otras plantas que crecen a su reparo.

Además de la vegetación autóctona posee una gran cantidad de especies introducidas. Los Pearson plantaron bosques de pinos, eucaliptos y álamos, diseñaron los jardines que rodean la casa con gran cantidad de arbustos y plantas decorativas, además de cipreses, cedros, robles, liquidámbar y otros, pintando con sus hojas todo el paisaje con los hermosos colores de otoño: del verde al marrón, pasando por los amarillos, naranjas y rojizos. Para disfrutar mirando un buen rato! Lo que no invita a disfrutar con la vista es la fachada del Casco, de un estilo moderno, lineal y despojado, que no se integra al paisaje.

Después de tanta introducción... nos instalamos en los dormís, un lujo! Estuvimos como únicos ocupantes, teniendo todas las instalaciones para nuestro uso exclusivo..., y partimos con botas y toda la ropa que llevamos, encima.

Pasando por pastizales (se nos pegaron todos los abrojos) y pantanos (por suerte zafamos de torcernos un tobillo, para eso teníamos diclofenac). Llegamos al arroyo, ( lleno de juncos totoras, repollitos de agua), para bordearlo hacia el río.

Cuando no se podía seguir por la orilla, desviábamos para los bosques de talas donde quedábamos atrapados por sus ramas bajas y espinosas, haciendo un continuo zigzag por terrenos desparejos que ponían a prueba nuestro estado físico.

Cerca del río caminamos entre los lirios amarillos (plaga introducida) y las agresivas cortaderas, todo lleno de enredaderas que nos enredaron produciendo algunas caídas, no pudiendo llegar a la costa, porque el río estaba crecido, regresamos. Ser observador tiene sus riesgos, con tanto obstáculo uno pensaba: porque no estoy durmiendo en mi cama, o en la mesa tomando café caliente? Pero después de la experiencia el cerebro se pone más optimista y su pensamiento es: que bueno que vine!

Como el día estaba nublado los pájaros se convertían en siluetas grises, pasaban bandadas de chingolos, de tordos músicos, de mistos, de pirinchos, de cuervillos, de cotorras, también cigüeñas, chimangos, caranchos, chajá, taguató, carpintero, etc.

De regreso pasamos por los jardines para observar sus picaflores: garganta blanca, común y bronceado.

Luego merienda, charla, y fideos que cocinó Mariel, reunión con fuego incluido.

El espectáculo de la noche fue frente a los dormís, donde una pareja de lechuzas de campanario, entraba y salía del galpón, para alimentar a sus pichones que reclamaban.

Después de una pequeña helada, el cielo amaneció completamente celeste, y ahí si pudimos apreciar el color de las aves, haciendo el camino corto al río, uno de los más cotizados fue el naranjero, que pasaba volando alto mostrándonos los colores de su vientre. En el bosque de talas: tacuaritas, pitiayumí, coludito copetón, verdón, en un bañado donde las aguas del río se habían retirado, estaba lleno de benteveos comiendo pequeños peces, al igual que las blancas garzas que ante nuestra presencia se posaban en los árboles para no alejarse de su comida.

En la costa del río las aguas bajaron dejando playa donde pequeños bagres todavía respiraban emitiendo un sonido, que según la traducción de Lucia quería decir auxilio! auxilio!, por eso nos apuramos a lanzarlos al río, pero en la naturaleza nada se pierde, todo se transforma, destinados a ser comida de aves. Contradictorio el panorama: numerosos pescadores, niños y adultos llegaban a la orilla.

Almuerzo: hamburguesas a la parrilla que cocino Guillermo, y a ordenar todo para la retirada.

La pasamos muy bien!!! Gracias al COSAPA por sus servicios.

Comentario: Gabriela Echenique
Fotos: Rafael Gonzalez, Lucía Balarino, Holger Braun y Guillermo Machado
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