Nos juntamos en una hermosa mañana marzo: Fede, Holguer Martín y yo, y luego de organizar todas las cosas dentro del pobre auto de Fede, salimos rumbo a Capital, donde nos encontramos con Gustavo. Traspasamos algunos de los bártulos de un auto a otro, incluyéndome y empezamos la travesía rumbo al Parque Nacional “El Palmar”.
No nos fué nada fácil llegar a destino, ya que nos encontramos con varios accidentes en la ruta, lo que demoró considerablemente el viaje. Mientras, las nubes se fueron poniendo cada vez más espesas, a medida que nos acercábamos al Parque.
Llegamos después de 7 hs. de travesía y nos recibió un halconcito colorado posado en el cartel de Bienvenidos!. Transitamos el camino hasta el camping a paso de hombre y con los binoculares en la mano, y ya apreciamos unos aguiluchos alas largas, verdón, carpintero campestre y un millón de torcazas comunes que volaban de un lugar a otro.
Luego de hacer los papeles del camping, nos dispusimos a armar las carpas, pero se nos hacía difícil ya que entre los árboles del camping revoloteaban cantidad de Celestinos, Fruteros azules, piojitos comunes, Fio fío y una pareja de Anambé verdosos, entre otros. Por suerte tuvimos la ayuda de unas cuantas urracas que descaradamente hurgaban entre nuestras cosas buscando comida.
Pudimos terminar e hicimos nuestra primera salida, caminando por el río hacia las ruinas. Allí vimos una gran variedad de aves entre los arbustos, y lo coronamos con un Chimachima! primera vez que lo veían muchos. Cenamos y nos fuimos a dormir.
A la mañana siguiente nos encontramos con una llovizna molesta. Sin desesperar preparamos el mate, y nos fuimos a uno de los Observatorios de aves de que dispone el Parque. Desde allí pudimos ver algunas aves de pastizal: Arañero cara negra, Siete vestidos, mosqueta estriada, fruteros y una pareja de patos cutirí nos entretuvieron un rato, mientras veíamos la lluvia. Pero al no haber mucho que hacer a media mañana se nos llenó de gente el refugio y ya no pudimos ver más nada. Así que regresamos al camping a ver pasar el tiempo, ese día se nos perdió casi por completo sin poder aprovecharlo.
Despertamos en nuestro tercer día, con muchas ganas de hacerlo rendir y salimos a recorrer bien temprano. Pudimos observar varias aves: cachilo canela, corbatitas, chinchero chico y de frutillita del postre: Carpinterito común! (primera vez para todos) y Carpintero lomo blanco.
Recorrimos bastante y vimos varias mariposas, una tarántula, lagarto overo y una víbora falsa coral. Aprovechamos que estaba lindo e hicimos una salida nocturna en busca de los atajacaminos, por suerte pudimos ver una hembra del tijera, un alilicucú común un zorro gris y varios carpinchos que nos acompañaron.
A la mañana siguiente despedimos a Gustavo que tenía que volver temprano, y nos dispusimos a aprovechar la mañana del último día por suerte pudimos disfrutar de un Esparvero variado que correteaba las torcazas, Arañero silbón, Monterita del litoral, Pijuí frente gris, Fuegueros y una realmente hermosa Saira castaña.
Desarmamos el campamento y comenzamos el regreso a casa que fue rápidamente detenido por el oído de un ave extraña… rápidamente Martín busco entre sus grabaciones y al identificar que se trataban de los esquivos carpinteros blancos, pegamos la vuelta y nos fuimos en busca de ellos. Ahora sí, después de haberlos visto, nos dispusimos a volver.
Comentario: Osvaldo Freyre
Fotos: Gustavo Di Giacomo, Osvaldo Freyre, Martin Arregui y Holger Braun
No nos fué nada fácil llegar a destino, ya que nos encontramos con varios accidentes en la ruta, lo que demoró considerablemente el viaje. Mientras, las nubes se fueron poniendo cada vez más espesas, a medida que nos acercábamos al Parque.
Llegamos después de 7 hs. de travesía y nos recibió un halconcito colorado posado en el cartel de Bienvenidos!. Transitamos el camino hasta el camping a paso de hombre y con los binoculares en la mano, y ya apreciamos unos aguiluchos alas largas, verdón, carpintero campestre y un millón de torcazas comunes que volaban de un lugar a otro.
Luego de hacer los papeles del camping, nos dispusimos a armar las carpas, pero se nos hacía difícil ya que entre los árboles del camping revoloteaban cantidad de Celestinos, Fruteros azules, piojitos comunes, Fio fío y una pareja de Anambé verdosos, entre otros. Por suerte tuvimos la ayuda de unas cuantas urracas que descaradamente hurgaban entre nuestras cosas buscando comida.
Pudimos terminar e hicimos nuestra primera salida, caminando por el río hacia las ruinas. Allí vimos una gran variedad de aves entre los arbustos, y lo coronamos con un Chimachima! primera vez que lo veían muchos. Cenamos y nos fuimos a dormir.
A la mañana siguiente nos encontramos con una llovizna molesta. Sin desesperar preparamos el mate, y nos fuimos a uno de los Observatorios de aves de que dispone el Parque. Desde allí pudimos ver algunas aves de pastizal: Arañero cara negra, Siete vestidos, mosqueta estriada, fruteros y una pareja de patos cutirí nos entretuvieron un rato, mientras veíamos la lluvia. Pero al no haber mucho que hacer a media mañana se nos llenó de gente el refugio y ya no pudimos ver más nada. Así que regresamos al camping a ver pasar el tiempo, ese día se nos perdió casi por completo sin poder aprovecharlo.
Despertamos en nuestro tercer día, con muchas ganas de hacerlo rendir y salimos a recorrer bien temprano. Pudimos observar varias aves: cachilo canela, corbatitas, chinchero chico y de frutillita del postre: Carpinterito común! (primera vez para todos) y Carpintero lomo blanco.
Recorrimos bastante y vimos varias mariposas, una tarántula, lagarto overo y una víbora falsa coral. Aprovechamos que estaba lindo e hicimos una salida nocturna en busca de los atajacaminos, por suerte pudimos ver una hembra del tijera, un alilicucú común un zorro gris y varios carpinchos que nos acompañaron.
A la mañana siguiente despedimos a Gustavo que tenía que volver temprano, y nos dispusimos a aprovechar la mañana del último día por suerte pudimos disfrutar de un Esparvero variado que correteaba las torcazas, Arañero silbón, Monterita del litoral, Pijuí frente gris, Fuegueros y una realmente hermosa Saira castaña.
Desarmamos el campamento y comenzamos el regreso a casa que fue rápidamente detenido por el oído de un ave extraña… rápidamente Martín busco entre sus grabaciones y al identificar que se trataban de los esquivos carpinteros blancos, pegamos la vuelta y nos fuimos en busca de ellos. Ahora sí, después de haberlos visto, nos dispusimos a volver.
Comentario: Osvaldo Freyre
Fotos: Gustavo Di Giacomo, Osvaldo Freyre, Martin Arregui y Holger Braun