La mañana del 13 de junio, aunque fría, prometía un lindo día en cuanto comenzara a calentar el sol y así fue, una jornada espléndida en la que recorrimos los alrededores hacia la Escuela Naval e Isla Santiago.Pudimos ver numerosas aves acuáticas: garzas mora y blanca, gaviotas capucho café y cocinera, biguá, cuervillo de cañada...
Entre las rapaces: gavilán planeador y taguató, que esta vez pude apreciar claramente con los prismáticos. Contamos también con las perlas que enhebraron el collar: garza bruja, corbatita común, torcacita colorada, monterita litoraleña.Personalmente, a pesar que confundí unas
gallaretas con patos, disfruté viendo al pitiayumí, cortarramas, tachurí siete colores, garza bruja y siete vestidos. También aprecié el encanto del lugar, sus arboledas y vegetación, la entrada y salida de embarcaciones, algo empañado por los basurales y el abandono que muestran las estructuras edilicias en completo deterioro.
Sin embargo, aparece un ave y al contemplarla, el tiempo se detiene, en un instante que me parece eterno, hasta que ella LIBRE, emprende vuelo.Este
relato no sería completo sin mencionar la importancia del grupo, el compartir esta experiencia en contacto con la naturaleza y las maravillosas aves. Agradezco a mis compañeros por su entusiasmo, afectuosa cordialidad y acompañamiento. GRACIAS.Comentario: Inés Noemí Cornejo
Fotos: Rafael Gonzalez
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