La jornada comenzó temprano. La cita era en 7 y 53 para arrancar un día que prometía mucho sol y avistajes seguros. Emprendimos viaje en una mini caravana hacia Punta Lara. A mitad de camino entre esa localidad y La Plata, la Laguna de Los Patos brillaba dorada, en medio de la espesa bruma matinal.
Del otro lado de la ruta, la colina artificial del CEAMSE congregaba decenas de ávidos caranchos.
Después de estacionar casi al borde de la laguna, comenzamos la caminata.
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Silueta de Chimango
Foto: Dante Marello |
A contraluz y algo difusas entre la niebla, se distinguían las siluetas de lo que luego comprobaríamos, gracias al telescopio de Holger, que eran Pollonas negras, Patos maiceros y Gallaretas ocupados en busca del alimento matinal.
Decidimos empezar el recorrido por la margen izquierda de la laguna.
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Junquero
Foto: Dante Marello |
Los juncos que cubrían la ribera probaron ser un lugar lleno de vida. Ni bien nos acercamos pudimos oír el inconfundible chirrido de los Junqueros, que no tardaron en aparecer ante nosotros. Mientras sobre nuestras cabezas, las Golondrinas Patagónicas volaban en bandadas, recién llegadas a estas tierras.
Pero sería entre los juncos, donde nos esperaban un par de sorpresas.
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Tachurí sietecolores
Foto: Dante Marello |
Primero apareció una pareja de Tachuríes siete colores, que volaban incansables de un lado a otro. A pesar de estar muy cerca de estas diminutas aves, no parecía molestarles en absoluto nuestra presencia.
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Patos zambullidores y Gallareta
Foto: Dante Marello |
Simultáneamente, en el centro de la laguna se divisaban Gallinetas, Patos Zambullidores, Macacitos y Gallaretas Ligas Rojas nadando en distintas direcciones y conformando un nutrido telón de fondo.
El mismo punto guardaba otra sorpresa. Respondiendo al llamador de Martín apareció tímidamente un Burrito común, que se escondía detrás de la cortina de juncos y volvía a aparecer, como un bailarín al final de una función, para el aplauso.
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Fotógrafa
Foto: Dante Marello |
Continuamos rodeando la laguna mientras Masha y dos de las chicas, no cesaban de fotografiar a cuanta flor o insecto se les cruzara por el camino. Un vistoso grupo de caballos, que se acercó a beber a la orilla, completó el paisaje campestre.
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Laguna
Foto: Dante Marello
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Volvimos sobre nuestros pasos hacia el lugar donde habíamos comenzado el recorrido, para descansar un rato a la sombra de los frondosos eucaliptos, poblados de cotorras, y tomar unos mates acompañados con una deliciosa torta de limón hecha por Cristina.
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Mateando Foto: Dante Marello |
El sol ya estaba alto y la temperatura había subido considerablemente. Después de esta breve pausa doblamos la lona que Mariel, siempre bien pertrechada, había desplegado para la ocasión y continuamos por la margen derecha de la laguna.
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Pecho amarillo Foto: Dante Marello |
El sonido del Junquero nos acompañaba, pero la tupida vegetación de este lado nos impedía acercarnos a la orilla. Pudimos ver un Espinero pecho manchado, un Pecho Amarillo y un Cortarramas hembra sobrevolando los juncos.
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Amor seco de laguna
Foto: Dante Marello |
Sobre nosotros los Cuervillos de Cañada volaban en dirección al río.
La Rosa de río (Hibiscus cisplatinus) y el Amor seco de laguna (Bidens leavis) aportaban color a la monótona vegetación costera.
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Pollona negra
Foto: Dante Marello |
Mientras seguíamos rodeando la laguna en busca de un buen punto de avistaje, un gran grupo de Gaviotas Cocineras se asoleaban en medio del espejo de agua. Los Patos Cutirí se nos adelantaban volando bajo y silbando insistentemente. Un Hocó se elevó fugazmente, sorprendido en su escondite y lentamente volvió a desaparecer en la espesura del juncal.
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Holger y el telescopio
Foto: Dante Marello |
Casi habíamos llegado al extremo opuesto, cuando una pareja de Federales nos sorprendió volando directo hacia nosotros para luego internarse en los matorrales vecinos.
Ya del otro lado de la laguna creímos encontrar un buen lugar donde Holger plantó nuevamente su telescopio y nos armamos de paciencia con la esperanza de poder ver algún Mirasol desprevenido, pero el caluroso mediodía no invitó a mostrarse a este esquivo habitante de la laguna. La próxima vez será.
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Pato capuchino y Gallareta
Foto: Dante Marello |
Decidimos entonces emprender el regreso. Rafael, con el agua a las rodillas, intentó una última recorrida entre los juncos, pero sin mucha suerte. Michelle y Martín se alejaron un poco, luego supimos, detrás de una Cachirla.
Ya sobre el final y telescopio de por medio, observamos a los últimos Patos Capuchinos que nadaban imperturbables bajo el sol del mediodía.
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Chajá
Foto: Dante Marello |
De regreso en el improvisado estacionamiento nos despedimos con la agradable sensación de haber pasado una espléndida mañana poblada de impresiones placenteras y con la promesa de seguir encontrándonos, para repetir estas gratas experiencias.