Era una mañana radiante cuando siete avistadores del COA
se reunieron muy tempranito en el centro.
Desde ahí partimos en auto y colectivo hacia nuestro objetivo del día, el arroyo Correa, hay que destacar que el micro funciono como un relojito en la ida y en la vuelta, que ironía, tener que resaltar cuando una empresa del municipio funciona como debe.

Desde ahí partimos en auto y colectivo hacia nuestro objetivo del día, el arroyo Correa, hay que destacar que el micro funciono como un relojito en la ida y en la vuelta, que ironía, tener que resaltar cuando una empresa del municipio funciona como debe.

A las 8 de la mañana ya estábamos listos para comenzar otra jornada de deleite con nuestras amigas emplumadas, eso si, ya el sol anunciaba que sería un día “bochornoso”, como bien definió alguien del grupo.

Cruzamos el terraplén de las vías y fuimos arroyo arriba con los binoculares prestos a todo movimiento. Ya a media mañana, nuestros registros iban creciendo y no faltaron sorpresas como una pareja de coluditos copetón, un cuclillo canela, bandadas de garcitas bueyeras y hasta un cruce de miradas con un toro poco amistoso. Ya el calor se

Emprendimos el regreso hacia la zona del puente, sumando más avistajes como tijeretas, corbatitas, suiriríes y un martín pescador chico.


Nuestras anotaciones siguieron aumentando con playeritos, pitotoyes, un espectacular vuelo de gavilán ceniciento y varios patos. También de este lado pudimos observar muchos juveniles.
Como siempre, una jornada cargada de muchos avistajes y buen humor a pesar del calor, mucha camaradería y satisfechos por otro encuentro con la naturaleza y la buena gente.
Comentarista: Rafael Gonzalez
Fotos: Dante Marello